06 NOV 2013 | COLUMNA DE OPINIÓN
Claves para ser una empresa sustentable
Al ser una empresa sustentable se asegura la permanencia y liderazgo en el mercado, diferenciándose de sus competidores.

Por Rodrigo Gómez Garza / HSEC MAGAZINE
Cómo, cuándo y por dónde debo empezar para ser una empresa sustentable no es un tema fácil, debido a que actualmente los grupos de interés ejercen una presión constante y, en ocasiones, específica sobre la estrategia o acciones en materia de sustentabilidad. Algunos solicitan la huella de carbono, control de impactos ambientales y sociales, eficiencia energética, energías renovables o un reporte de sustentabilidad, entre otros requerimientos. Los ejemplos anteriores son algunas de las acciones que implementan y desarrollan las empresas en materia de sustentabilidad, sin embargo, la selección de éstas es un tema complejo y único para cada organización.
Un error frecuente es asociar y/o limitar el concepto y acciones de una empresa sustentable a ideas verdes, filantrópicas, tendenciales o de greenwashing. Incluso hay organizaciones que promueven campañas o acciones con desconocimiento. Por ejemplo, asegurar que es una empresa sustentable debido a que: cuenta con un par de contenedores para separar algunos residuos, parte del empaque del producto es de material reciclado, cambio de algunas bombillas incandescentes por eficientes, asignar a un jardinero para podar el pasto de la calle aledaña a la oficina o patrocinar un evento de sustentabilidad. Realizar una o varias de las acciones mencionadas no es Sustentabilidad.
Una ruta comprobada para comenzar a ser una empresa sustentable es:
1. Identificar los aspectos característicos de la empresa: No todas las empresas son iguales, por lo tanto es importante saber qué elementos de ésta debo integrar dentro del modelo de sustentabilidad. Por ejemplo, el agua es importante para todo el mundo, pero para una empresa de bebidas es indispensable contar con gestión del agua, a diferencia de una cementera para la cual no es relevante en su proceso. Teniendo en cuenta lo anterior, es importante analizar honesta y objetivamente la manera en que mi empresa interactúa con el entorno tanto ambiental, social como económico.
2. Identificar los grupos de interés clave: Es indispensable que las empresas tengan claro cuál es su público objetivo. Hay que identificar a aquellas personas, grupos u organizaciones que tienen un interés y/o relación directa o indirecta con las operaciones de mi empresa, es decir, aquéllos que pueden ser afectados positiva o negativamente por mi negocio y viceversa. Es sobre esos grupos a los que se deben enfocar los esfuerzos.
3. Establecer canales de comunicación: La selección de los canales y medios de comunicación está en función de mis grupos de interés. Por ejemplo, no sirve contar y difundir información en medios electrónicos si mi principal grupo de interés es una comunidad con acceso limitado a computadores e Internet. El punto clave de la comunicación es la transparencia; no es necesario revelar la “receta secreta”, pero sí es necesario que la información presentada sea de calidad, real y sobre todo clara.
4. Identificar y priorizar los temas relevantes: El punto de partida es identificar los temas relevantes de la empresa; el siguiente paso es priorizar sobre cuáles de esos temas empezaré a trabajar. A menos de que se cuenten con recursos ilimitados, no es conveniente abarcar todos los temas de manera paralela; se debe establecer un plan de acción que permita a la empresa madurar. Por ejemplo, si se ha decidido realizar un reporte de sustentabilidad, no es recomendable someterlo a verificación externa el primer año, siendo lo prudente esperar a que el proceso sea internalizado y que el equipo obtenga experiencia en base al primer ejercicio.
5. Tomar acciones: Este es el punto en que la empresa se vuelve sustentable, y es debido a que se realiza gestión con los temas claves. Es importante que las empresas realicen acciones concretas y, a futuro, por ejemplo, es bueno medir la huella de carbono todos los años, pero es mejor gestionarla, es decir, realizar acciones que apunten a su control y sobre todo su reducción. Una gestión eficiente de los temas clave asegurará que la empresa se proteja ante imprevistos, convirtiéndose en un actor líder, independiente, estable y proactivo, al contrario de aquellas organizaciones que sistemáticamente reaccionan ante los imprevistos y, en ocasiones, demasiado tarde.
No hay duda de que esta nueva tendencia por ser sustentable genera beneficios económicos, reputacionales, operacionales y de competitividad en las compañías que han integrado la sustentabilidad dentro de su cultura organizacional y su día a día, es decir, cuentan con una operación sustentable.